sábado, 21 de abril de 2012

AJEDREZ: FATI Y EL AJEDREZ














FATI Y EL AJEDREZ

POR ABU: ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


Fati es una niña de 9 años y tres meses; ya es una señorita hermosa, inteligente, estudiosa, gran conversadora, cariñosa y aprende rápido.

Cuando Fati era chiquita, Abu le enseñó a jugar ajedrez, en un tablero mediano con piezas de plástico.

Luego, Abu compró un juego de Ajedrez para ordenadores, y Fati y Abu comenzaron a jugar ajedrez con el ordenador.

Por supuesto, no es fácil ganarle al ordenador; pero, aunque perdiendo los juegos, uno aprende a jugar bien. Se aprende del ordenador, al observar como responde al movimiento de las piezas, y poco a poco, aprendiendo del que más sabe, se llega a saber tanto como el que más sabe, e inclusive, más. Por eso es que después de cierto tiempo, uno le puede ganar al ordenador, en el juego del ajedrez. Y, después, se pasa al siguiente nivel, donde el ordenador nos vuelve a ganar, hasta que otra vez, jugando una y otra vez, aprendiendo nuevas técnicas, estudiando a los grandes maestros del ajedrez, se le vuelva a ganar al ordenador, en el juego del ajedrez. Y así ad infinitum.

Y de repente, uno se da cuenta de que la vida es como un juego de ajedrez. La vida es el tablero, cada uno de nosotros somos una pieza en el tablero, con una función determinada. Tenemos que aprender todas las funciones, empezando por la del peón, y pasar por cada una de ellas hasta llegar a ser rey: rey y señor, cada uno de sí mismo. A partir de ahí, jugar el juego de la vida utilizando cada una de esas piezas del ajedrez como un equipo de soldados que a la vez que nos protejan de los enemigos naturales, nos permitan resolver las situaciones que se afronten, y ganar las batallas del éxito cuyos objetivos previamente nos hayamos antepuesto.

Cuáles son esas piezas del ajedrez de la vida: Los valores universales y las virtudes: la prudencia, la justicia, la equidad, la fortaleza, la templanza, la belleza, la bondad, el orden, la armonía, el equilibrio, la economía, la productividad, el ahorro, el trabajo, el estudio, la salud, y un largo etcétera.

Poco a poco, Fati se fue haciendo una campeona al participar en juegos de ajedrez en torneos con otros niños de su misma edad, o mayores, o, más pequeños.

Jugando con otros niños que sabían más, por supuesto que le ganaban a Fati; pero ella, no se molestaba por eso, aprendía más jugando con quienes sabían más que ella, aunque perdiese. Pero, jugando con quienes sabían más, aunque perdiese, ganaba más que jugando con quienes sabían menos que ella, aunque ganase.

Fati comprendió que sólo se aprende con quienes saben más, y que hay que tener la humildad de aceptar que otros saben más y que podemos aprender de ellos.

También, aprendió que hay que tener generosidad; es preciso enseñar lo que aprendemos a los que saben menos. Esa es la ley de la vida: Aprender de quienes saben más que nosotros, y enseñar a los que saben menos.

El ajedrez es un buen juego para desarrollar la inteligencia, la capacidad de concentración y prestando buena atención a lo que se hace, se obtienen mejores resultados en los estudios, y en la vida toda. Por eso llaman al ajedrez el juego ciencia. Es una ciencia y un arte: Es ciencia cuando el ajedrecista investiga, estudia y aprende; es arte, cuando practica, realiza jugadas maestras y gana los torneos convirtiéndote en campeón (a), o en excelente jugador o jugadora. Empero, el buen deportista, aún cuando pierde gana: aprendió nuevas formas de cómo hay que hacer las cosas para lograr alcanzar el objetivo: el triunfo, dando el respectivo jaque mate.

Mientras dura el juego, cada una de las piezas tiene una función, y un valor, además de su respectivo lugar, en el tablero, el cual va variando según la estrategia y la táctica utilizadas para alcanzar el objetivo. En un momento dado, un peón puede valer más que un rey, si se encuentra en una posición idónea para darle jaque mate. Igual acontece con cada una de las piezas. El ajedrecista inteligente, conoce el valor de cada pieza, su ubicación, sus movimientos, y el mayor número de técnicas que le puedan permitir ganar el juego.

La mente, si la centramos en lo que hacemos, tiene capacidad de aprender y de permitirnos que las cosas que hacemos, sean hechas bien, perfectas.

Fati sabe que jugar al ajedrez desarrolla su concentración, mejora su atención, aviva su inteligencia y se va convirtiendo en una campeona: del ajedrez y de la vida.

Los campeones son personas felices, positivas, humildes, generosas, amables, justas, estudiosas y trabajadoras, saludables y siempre están contentas, consigo mismas y con las demás personas.

Por eso Fati se entusiasma tanto al jugar ajedrez con el ordenador, con Abu, y los demás compañeros del colegio, y con los participantes de los torneos.

Fati se dio cuenta que jugando ajedrez, además de desarrollar la inteligencia y la personalidad, permite hacer muchos buenos amigos. Quienes juegan ajedrez son niños que se destacan. Dedican su tiempo libre a hacer buenas cosas. Y quienes hacen buenas cosas, se transforman en muy buenas y excelentes personas, que cada día aprenden más y mejores cosas.

Con el tiempo se convierten en buenos y exitosos médicos, ingenieros, artistas, músicos, escritores, deportistas, empresarios, políticos, artesanos, técnicos, etcétera, etcétera, etcétera.

Porque, -se dio cuenta Fati-, la vida es para aprender muchas cosas interesantes, las cuales, después podamos usar para ser mucho, pero mucho, mucho, muchísimo más felices.

Jugando ajedrez, se aprende a utilizar la imaginación para encontrar nuevas formas de jugar; esto permite que, al participar en el juego de la vida, ya la imaginación se encuentra entrenada para que, en forma creativa, e intuitiva, permita encontrar nuevos caminos para expresar el genio que cada quien lleva adentro: Porque, la imaginación es la llave para acceder al genio todo poderoso que Dios le dio a cada quien para hacer de su vida una obra maestra y ser muy feliz.

Colorín colorado, este cuento, aquí se ha acabado.


PD.: Ahora Fati, pensará en un cuento, y lo escribirá para Abu, porque Fati es una poetisa, una escritora en potencia, muy buena, y que se inspira para escribirle cosas muy bonitas a Abu.

Abu quiere a Fati, mucho, mucho como grande es el universo.

Quién sabe lo grande que es el universo?

Oye, Fati, habrá que escribir un cuento imaginado lo grande que es el universo. Será la próxima vez.

Ciao, preciosa y muy queridísima Fati.

ABU

martes, 17 de abril de 2012

LA UNIFICACIÓN DE LA CONCIENCIA



LA UNIFICACIÓN
DE LA CONCIENCIA

©Giuseppe Isgró C.


Qué es la conciencia?
La conciencia es el grado de aptitud perceptiva-realizadora que posee toda expresión de vida.
Todo ser, en los cuatro reinos naturales, es una emanación del Ser Universal a la conciencia individual, en el Alma Universal, sin dejar de ser Él mismo, y sin separarse de sí mismo, además de la vida eterna e inmortal que le es inherente. La conciencia de la que se encuentra dotado, cada ser, es una réplica exacta de la del Creador.
Esta conciencia que comparten el Ser Universal y el ser individual, es un atributo equivalente a la inteligencia. Qué es la inteligencia? Es, también, una aptitud, que le permite tener conciencia de la realidad, interpretarla y definirla, en base a cuya visión puede elegir entre hacer o dejar de realizar determinadas cosas, haciendo uso del libre albedrío.
Siendo cada ser una emanación perfecta del Ser Universal a la vida individualizada, la única evolución que el ser individual, en los cuatro reinos naturales, y a nivel espiritual, realiza, es la de ampliar sus conocimientos en base a la experiencias que va acumulando. Lo anterior significa que amplía sus estados de conciencia, que como aptitudes, le permiten descifrar mejor, y a un nivel más elevado, la realidad universal que le circunda y optimizar el uso de los atributos divinos que les son inherentes.
En la medida en que se ensancha la visión del ser, o su conciencia, sus objetivos de realización son más elevados, y las necesidades que experimenta, también, por lo que expresa, en igual grado, el poder potencialmente infinito del cual se encuentra dotado.
Esas son las dos vertientes que canaliza en el eterno ahora: Conciencia y energía creadora; conocimiento de los valores universales que le aportan la percepción de determinados grados de la verdad universal, y la capacidad de ejecutar acciones realizadoras, para satisfacer necesidades insatisfechas, o el logro de objetivos, utilizando el poder potencialmente infinito del cual está dotado, en el grado precisado.
Esta conciencia, dado que convive en dos mundos, simultáneamente: el objetivo y el subjetivo, el espiritual y el físico, en este último, sus canales de comunicación con el entorno son los cinco sentidos: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. La información percibida la procesa mediante su capacidad de razonamiento, por medio de la lógica inductiva y deductiva.      –“Nada está en la mente que no haya entrado, antes, por los sentidos”, dijo el estagirita Aristóteles. Este mecanismo de conocimiento se denomina: Conciencia objetiva; actúa en estado de vigilia y es regido por la voluntad. Empero, a un determinado momento, cada uno de los seres conocen, o perciben, cosas que nadie le enseñó. De dónde emana ese conocimiento intuitivo e inspirativo?
Paralelamente, el ser convive en la dimensión subjetiva o espiritual. Por qué y cómo? El ser, en los cuatro reinos naturales, está conformado por tres entes claramente diferenciados, denominados: Espíritu,-o personalidad del alma-, alma y cuerpo. El Espíritu es el conductor, el ente inteligente, conciente, y dotado de una serie de atributos divinos que se corresponden, en grado potencial, con los del Creador. El cuerpo es el vehículo que utiliza el Espíritu, en la dimensión física. El alma, es el hilo de plata, en la terminología de Aurobindo, que entrelaza, o une al Espíritu con el cuerpo. Es el archivo espiritual del Espíritu. El alma tiene una característica esencial: ES ELÁSTICA. La elasticidad del alma le permite al Espíritu emanciparse del cuerpo cada vez que requiere desplazarse a cualquier lugar donde se encuentre la información que precisa. Dado que el aserto popular dice que donde amas allí está tu conciencia, donde piensas o en lo que piensas, allí se centra el Espíritu, desplazándose, instantáneamente, y a la velocidad del pensamiento, al lugar en que se encuentra lo pensado, percibiendo lo que requiere, y al reincorporarse el Espíritu al cuerpo, transfiere la información a la conciencia objetiva, mediante alguna de las facultades de las cuales se encuentra dotado: intuición, clarividencia, precognición, retro-cognición, telepatía, o sueños, entre otras.
Este tipo de conciencia es de índole subjetiva o espiritual, y en el alma se encuentra archivada toda la información acumulada en el presente ciclo de vida, y toda la que el Espíritu ha obtenido en el curso de sus incontables existencias anteriores. En el alma se encuentra archivada la información, al igual que en un disco duro, en un ordenador, o computadora. Pero, en el Espíritu, esa experiencia acumulada en el tiempo, se traduce en aptitud, o conciencia, para percibir, sentir, comprender, interpretar, hacer o dejar de realizar, bajo la égida de los valores universales. Es decir, mientras más extensa sea la experiencia, se traduce en un más elevado estado de conciencia, o inteligencia más vivaz, o carácter más depurado. Aquí se observa, claramente, la sinonimia o equivalencia entre conciencia, inteligencia, carácter y esencia de la mente.
En la conciencia subjetiva, el ser, en los cuatro reinos naturales, simplemente sabe, sin saber cómo ni porqué conoce. Comprende, sin saber porqué comprende. Hace, fácilmente, sin conocer porqué para él resulta más sencillo que para otros. Es un tipo de conocimiento –conciencia- de índole innato, intuitivo e inspirativo, pero susceptible de ser desarrollado en mayor grado, aún, gradualmente, sin límites algunos, en el espacio y en el tiempo.
Empero, siendo la conciencia del ser una réplica exacta de la del Creador, Él se comunica dentro de la misma, ejerciendo funciones de Pedagogo universal, mediante los sentimientos análogos a los valores universales, o atributos divinos. Esta comunicación le permite, al ser, percibir lo justo, o lo injusto, de un acto, o el bien y el mal; la belleza o la fealdad, de las cosas, entre otros valores. Estos sentimientos tienen un efecto coercitivo, antes de que se realice un acto determinado, haciéndole representar a cada quien la vergüenza o el mérito, una vez realizado el mismo, lo cual inhibiría una acción negativa, y a la vez, estimularía otra positiva.
De igual manera, tan pronto se realice el acto, se experimenta un sentimiento de satisfacción o una acción coactiva de la conciencia, en forma de reprimenda, o arrepentimiento. Es un conocimiento inspirado directamente por el Creador, mediante la Ley cósmica en la conciencia. Es preciso escuchar con mayor atención la voz de la conciencia, dejándose guiar por la misma en el desarrollo de una vida virtuosa.
En estado de vigilia predomina la conciencia objetiva. En los momentos de interiorización, se activa la conciencia subjetiva y la imaginación, como visión del Espíritu.
Cómo podemos unificar ambas conciencias, la objetiva y la subjetiva, para amplificar la percepción de la realidad universal? Existen varias maneras de hacerlo, y es mediante:
1. La relajación: Desde los dedos de los píes hasta la cabeza, adquiriendo conciencia de cada parte del cuerpo, centrándose, largamente, en los tobillos, relajándolos. Luego, representarse escenas de calma y armonía en la naturaleza, como un lago de aguas tranquilas, jardines de flores hermosas, hermosos amaneceres, etcétera.  Adormeciendo los sentidos físicos, se despiertan, simultáneamente, los sentidos espirituales y se activa la unificación de la conciencia.
2. Oír música clásica de Chopin, Mozart, Beethoven, y otros, permite acceder a estados expandidos de conciencia.
3. La concentración: donde se centra la mente se expande la conciencia y la capacidad creadora.
4. La contemplación: en la esencia de la mente, en el silencio interior, en conexión divina.
5. Preguntas al ser interior: Formular tres veces, en cada ejercicio, una de las preguntas que siguen, y luego quedarse en estado receptivo, sosegado y silencioso: Qué es el amor? Qué es la belleza? Qué es la justicia? Qué es la compensación? Qué es la armonía? Qué es la igualdad? Qué es la templanza? Qué es la prosperidad? Qué es el equilibrio? Qué es la salud? Qué es la armonía? Qué es el orden? Qué es la economía? Qué es la generosidad? Qué es el perdón? Qué es el respeto? Qué es la dignidad? Qué es el trabajo? Qué es la riqueza? Qué es la abundancia? Qué es la amistad? Qué es la fidelidad? Qué es la sinceridad? Qué es el bien? Qué es la tolerancia? Qué es la paz mental? Qué es el deber? Qué es la familia? Qué es la felicidad? Qué es la sabiduría? Qué es la prudencia? Qué es la paciencia? Qué es la perseverancia? Qué es la libertad? Qué es una vida virtuosa? Qué es el servicio? Qué es el karma y el vipaka, la acción y la reacción, la siembra y la recogida, la causa y el efecto? Qué es la voluntad? Qué es la imaginación? Qué son los deseos? Qué es una necesidad? Qué es la motivación? Qué es el entusiasmo? Qué es el autodominio? Qué es la humildad? E incontables otras.
6. Autosugestión y autohipnosis: Permiten acceder al control de la propia mente y a su dirección positiva, creadora y efectiva.
7. Afrontando las necesidades, en todas sus vertientes y variantes, con confianza, para activar el poder potencialmente infinito de la mente.
8.  Por la realización de los objetivos personales, se accede, también, a la unificación de la conciencia y a la generación de la percepción intuitiva e inspirativa, así como a la canalización del poder creativo-realizador, suficiente, si se persiste hasta alcanzar la meta. 
9. Mediante estudios diversos o lecturas, se activa la unificación de la conciencia, por la concentración, la proyección mental, la intuición y la inspiración, entre otras facultades.
10.         Por los sueños: programándolos para conocer las soluciones a determinadas situaciones, obtener informaciones diversas, así como el conocimiento de vidas anteriores, afirmando: 1) -Quiero tener un sueño, y recordarlo, que me permita encontrar la solución efectiva a esta situación: (Describirla). 2) -Quiero tener un sueño, que no contenga elementos dolorosos, y recordarlo, que me permita conocer elementos de mi interés de una existencia anterior enmarcada en el siglo: (Mencionarlo). 3) Adoptar la costumbre de escribir los sueños tan pronto uno se despierte, en la mañana; ese registro de sueños, permitirá darse cuenta, oportunamente, que contienen informaciones de vital importancia, cuando se releen, en el futuro. Y, al releerlos, permite establecer la conexión con esa actividad espiritual que facilitó el sueño, la cual es una unificación activa de la conciencia.
11.         Levantarse temprano, tan pronto como cada quien se despierte, en la mañana, también permite mantener la unificación de la conciencia y la lucidez mental.
12.         Por lecturas en el propio archivo espiritual, en estado de interiorización.
13.         Por lecturas de contenidos mentales en el archivo espiritual de incontables seres en los cuatro reinos naturales, en proyección espiritual.
14.         Por la meditación en el Ser Universal, mediante el constante recuerdo o Dzikr.
15.         La meditación en los valores universales, o atributos divinos, permite descifrar, gradualmente, la VERDAD UNIVERSAL, percibiendo el qué, el cómo, el quién, el cuándo, el dónde, el cuánto, y el por qué?
16.         Mediante la realización de trabajos diversos, ya que toda acción es una meditación en movimiento.
17.         La meditación en la pregunta: -Quién soy yo?, sosteniendo la pregunta en una interiorización sosegada, permaneciendo, luego, en estado receptivo.
·       Permite  adquirir la conciencia de la unidad perfecta e indisoluble que se conforma con el Ser Universal.
·       Todo es UNO: la esencia de la MENTE; la Divinidad en todo y en el Todo, sin separarse de sí misma y sin dejar de ser ella misma.
La UNIFICACIÓN DE LA CONCIENCIA es la clave de la Conciencia cósmica. Adelante.



EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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sábado, 21 de abril de 2012

AJEDREZ: FATI Y EL AJEDREZ














FATI Y EL AJEDREZ

POR ABU: ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


Fati es una niña de 9 años y tres meses; ya es una señorita hermosa, inteligente, estudiosa, gran conversadora, cariñosa y aprende rápido.

Cuando Fati era chiquita, Abu le enseñó a jugar ajedrez, en un tablero mediano con piezas de plástico.

Luego, Abu compró un juego de Ajedrez para ordenadores, y Fati y Abu comenzaron a jugar ajedrez con el ordenador.

Por supuesto, no es fácil ganarle al ordenador; pero, aunque perdiendo los juegos, uno aprende a jugar bien. Se aprende del ordenador, al observar como responde al movimiento de las piezas, y poco a poco, aprendiendo del que más sabe, se llega a saber tanto como el que más sabe, e inclusive, más. Por eso es que después de cierto tiempo, uno le puede ganar al ordenador, en el juego del ajedrez. Y, después, se pasa al siguiente nivel, donde el ordenador nos vuelve a ganar, hasta que otra vez, jugando una y otra vez, aprendiendo nuevas técnicas, estudiando a los grandes maestros del ajedrez, se le vuelva a ganar al ordenador, en el juego del ajedrez. Y así ad infinitum.

Y de repente, uno se da cuenta de que la vida es como un juego de ajedrez. La vida es el tablero, cada uno de nosotros somos una pieza en el tablero, con una función determinada. Tenemos que aprender todas las funciones, empezando por la del peón, y pasar por cada una de ellas hasta llegar a ser rey: rey y señor, cada uno de sí mismo. A partir de ahí, jugar el juego de la vida utilizando cada una de esas piezas del ajedrez como un equipo de soldados que a la vez que nos protejan de los enemigos naturales, nos permitan resolver las situaciones que se afronten, y ganar las batallas del éxito cuyos objetivos previamente nos hayamos antepuesto.

Cuáles son esas piezas del ajedrez de la vida: Los valores universales y las virtudes: la prudencia, la justicia, la equidad, la fortaleza, la templanza, la belleza, la bondad, el orden, la armonía, el equilibrio, la economía, la productividad, el ahorro, el trabajo, el estudio, la salud, y un largo etcétera.

Poco a poco, Fati se fue haciendo una campeona al participar en juegos de ajedrez en torneos con otros niños de su misma edad, o mayores, o, más pequeños.

Jugando con otros niños que sabían más, por supuesto que le ganaban a Fati; pero ella, no se molestaba por eso, aprendía más jugando con quienes sabían más que ella, aunque perdiese. Pero, jugando con quienes sabían más, aunque perdiese, ganaba más que jugando con quienes sabían menos que ella, aunque ganase.

Fati comprendió que sólo se aprende con quienes saben más, y que hay que tener la humildad de aceptar que otros saben más y que podemos aprender de ellos.

También, aprendió que hay que tener generosidad; es preciso enseñar lo que aprendemos a los que saben menos. Esa es la ley de la vida: Aprender de quienes saben más que nosotros, y enseñar a los que saben menos.

El ajedrez es un buen juego para desarrollar la inteligencia, la capacidad de concentración y prestando buena atención a lo que se hace, se obtienen mejores resultados en los estudios, y en la vida toda. Por eso llaman al ajedrez el juego ciencia. Es una ciencia y un arte: Es ciencia cuando el ajedrecista investiga, estudia y aprende; es arte, cuando practica, realiza jugadas maestras y gana los torneos convirtiéndote en campeón (a), o en excelente jugador o jugadora. Empero, el buen deportista, aún cuando pierde gana: aprendió nuevas formas de cómo hay que hacer las cosas para lograr alcanzar el objetivo: el triunfo, dando el respectivo jaque mate.

Mientras dura el juego, cada una de las piezas tiene una función, y un valor, además de su respectivo lugar, en el tablero, el cual va variando según la estrategia y la táctica utilizadas para alcanzar el objetivo. En un momento dado, un peón puede valer más que un rey, si se encuentra en una posición idónea para darle jaque mate. Igual acontece con cada una de las piezas. El ajedrecista inteligente, conoce el valor de cada pieza, su ubicación, sus movimientos, y el mayor número de técnicas que le puedan permitir ganar el juego.

La mente, si la centramos en lo que hacemos, tiene capacidad de aprender y de permitirnos que las cosas que hacemos, sean hechas bien, perfectas.

Fati sabe que jugar al ajedrez desarrolla su concentración, mejora su atención, aviva su inteligencia y se va convirtiendo en una campeona: del ajedrez y de la vida.

Los campeones son personas felices, positivas, humildes, generosas, amables, justas, estudiosas y trabajadoras, saludables y siempre están contentas, consigo mismas y con las demás personas.

Por eso Fati se entusiasma tanto al jugar ajedrez con el ordenador, con Abu, y los demás compañeros del colegio, y con los participantes de los torneos.

Fati se dio cuenta que jugando ajedrez, además de desarrollar la inteligencia y la personalidad, permite hacer muchos buenos amigos. Quienes juegan ajedrez son niños que se destacan. Dedican su tiempo libre a hacer buenas cosas. Y quienes hacen buenas cosas, se transforman en muy buenas y excelentes personas, que cada día aprenden más y mejores cosas.

Con el tiempo se convierten en buenos y exitosos médicos, ingenieros, artistas, músicos, escritores, deportistas, empresarios, políticos, artesanos, técnicos, etcétera, etcétera, etcétera.

Porque, -se dio cuenta Fati-, la vida es para aprender muchas cosas interesantes, las cuales, después podamos usar para ser mucho, pero mucho, mucho, muchísimo más felices.

Jugando ajedrez, se aprende a utilizar la imaginación para encontrar nuevas formas de jugar; esto permite que, al participar en el juego de la vida, ya la imaginación se encuentra entrenada para que, en forma creativa, e intuitiva, permita encontrar nuevos caminos para expresar el genio que cada quien lleva adentro: Porque, la imaginación es la llave para acceder al genio todo poderoso que Dios le dio a cada quien para hacer de su vida una obra maestra y ser muy feliz.

Colorín colorado, este cuento, aquí se ha acabado.


PD.: Ahora Fati, pensará en un cuento, y lo escribirá para Abu, porque Fati es una poetisa, una escritora en potencia, muy buena, y que se inspira para escribirle cosas muy bonitas a Abu.

Abu quiere a Fati, mucho, mucho como grande es el universo.

Quién sabe lo grande que es el universo?

Oye, Fati, habrá que escribir un cuento imaginado lo grande que es el universo. Será la próxima vez.

Ciao, preciosa y muy queridísima Fati.

ABU

martes, 17 de abril de 2012

LA UNIFICACIÓN DE LA CONCIENCIA



LA UNIFICACIÓN
DE LA CONCIENCIA

©Giuseppe Isgró C.


Qué es la conciencia?
La conciencia es el grado de aptitud perceptiva-realizadora que posee toda expresión de vida.
Todo ser, en los cuatro reinos naturales, es una emanación del Ser Universal a la conciencia individual, en el Alma Universal, sin dejar de ser Él mismo, y sin separarse de sí mismo, además de la vida eterna e inmortal que le es inherente. La conciencia de la que se encuentra dotado, cada ser, es una réplica exacta de la del Creador.
Esta conciencia que comparten el Ser Universal y el ser individual, es un atributo equivalente a la inteligencia. Qué es la inteligencia? Es, también, una aptitud, que le permite tener conciencia de la realidad, interpretarla y definirla, en base a cuya visión puede elegir entre hacer o dejar de realizar determinadas cosas, haciendo uso del libre albedrío.
Siendo cada ser una emanación perfecta del Ser Universal a la vida individualizada, la única evolución que el ser individual, en los cuatro reinos naturales, y a nivel espiritual, realiza, es la de ampliar sus conocimientos en base a la experiencias que va acumulando. Lo anterior significa que amplía sus estados de conciencia, que como aptitudes, le permiten descifrar mejor, y a un nivel más elevado, la realidad universal que le circunda y optimizar el uso de los atributos divinos que les son inherentes.
En la medida en que se ensancha la visión del ser, o su conciencia, sus objetivos de realización son más elevados, y las necesidades que experimenta, también, por lo que expresa, en igual grado, el poder potencialmente infinito del cual se encuentra dotado.
Esas son las dos vertientes que canaliza en el eterno ahora: Conciencia y energía creadora; conocimiento de los valores universales que le aportan la percepción de determinados grados de la verdad universal, y la capacidad de ejecutar acciones realizadoras, para satisfacer necesidades insatisfechas, o el logro de objetivos, utilizando el poder potencialmente infinito del cual está dotado, en el grado precisado.
Esta conciencia, dado que convive en dos mundos, simultáneamente: el objetivo y el subjetivo, el espiritual y el físico, en este último, sus canales de comunicación con el entorno son los cinco sentidos: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. La información percibida la procesa mediante su capacidad de razonamiento, por medio de la lógica inductiva y deductiva.      –“Nada está en la mente que no haya entrado, antes, por los sentidos”, dijo el estagirita Aristóteles. Este mecanismo de conocimiento se denomina: Conciencia objetiva; actúa en estado de vigilia y es regido por la voluntad. Empero, a un determinado momento, cada uno de los seres conocen, o perciben, cosas que nadie le enseñó. De dónde emana ese conocimiento intuitivo e inspirativo?
Paralelamente, el ser convive en la dimensión subjetiva o espiritual. Por qué y cómo? El ser, en los cuatro reinos naturales, está conformado por tres entes claramente diferenciados, denominados: Espíritu,-o personalidad del alma-, alma y cuerpo. El Espíritu es el conductor, el ente inteligente, conciente, y dotado de una serie de atributos divinos que se corresponden, en grado potencial, con los del Creador. El cuerpo es el vehículo que utiliza el Espíritu, en la dimensión física. El alma, es el hilo de plata, en la terminología de Aurobindo, que entrelaza, o une al Espíritu con el cuerpo. Es el archivo espiritual del Espíritu. El alma tiene una característica esencial: ES ELÁSTICA. La elasticidad del alma le permite al Espíritu emanciparse del cuerpo cada vez que requiere desplazarse a cualquier lugar donde se encuentre la información que precisa. Dado que el aserto popular dice que donde amas allí está tu conciencia, donde piensas o en lo que piensas, allí se centra el Espíritu, desplazándose, instantáneamente, y a la velocidad del pensamiento, al lugar en que se encuentra lo pensado, percibiendo lo que requiere, y al reincorporarse el Espíritu al cuerpo, transfiere la información a la conciencia objetiva, mediante alguna de las facultades de las cuales se encuentra dotado: intuición, clarividencia, precognición, retro-cognición, telepatía, o sueños, entre otras.
Este tipo de conciencia es de índole subjetiva o espiritual, y en el alma se encuentra archivada toda la información acumulada en el presente ciclo de vida, y toda la que el Espíritu ha obtenido en el curso de sus incontables existencias anteriores. En el alma se encuentra archivada la información, al igual que en un disco duro, en un ordenador, o computadora. Pero, en el Espíritu, esa experiencia acumulada en el tiempo, se traduce en aptitud, o conciencia, para percibir, sentir, comprender, interpretar, hacer o dejar de realizar, bajo la égida de los valores universales. Es decir, mientras más extensa sea la experiencia, se traduce en un más elevado estado de conciencia, o inteligencia más vivaz, o carácter más depurado. Aquí se observa, claramente, la sinonimia o equivalencia entre conciencia, inteligencia, carácter y esencia de la mente.
En la conciencia subjetiva, el ser, en los cuatro reinos naturales, simplemente sabe, sin saber cómo ni porqué conoce. Comprende, sin saber porqué comprende. Hace, fácilmente, sin conocer porqué para él resulta más sencillo que para otros. Es un tipo de conocimiento –conciencia- de índole innato, intuitivo e inspirativo, pero susceptible de ser desarrollado en mayor grado, aún, gradualmente, sin límites algunos, en el espacio y en el tiempo.
Empero, siendo la conciencia del ser una réplica exacta de la del Creador, Él se comunica dentro de la misma, ejerciendo funciones de Pedagogo universal, mediante los sentimientos análogos a los valores universales, o atributos divinos. Esta comunicación le permite, al ser, percibir lo justo, o lo injusto, de un acto, o el bien y el mal; la belleza o la fealdad, de las cosas, entre otros valores. Estos sentimientos tienen un efecto coercitivo, antes de que se realice un acto determinado, haciéndole representar a cada quien la vergüenza o el mérito, una vez realizado el mismo, lo cual inhibiría una acción negativa, y a la vez, estimularía otra positiva.
De igual manera, tan pronto se realice el acto, se experimenta un sentimiento de satisfacción o una acción coactiva de la conciencia, en forma de reprimenda, o arrepentimiento. Es un conocimiento inspirado directamente por el Creador, mediante la Ley cósmica en la conciencia. Es preciso escuchar con mayor atención la voz de la conciencia, dejándose guiar por la misma en el desarrollo de una vida virtuosa.
En estado de vigilia predomina la conciencia objetiva. En los momentos de interiorización, se activa la conciencia subjetiva y la imaginación, como visión del Espíritu.
Cómo podemos unificar ambas conciencias, la objetiva y la subjetiva, para amplificar la percepción de la realidad universal? Existen varias maneras de hacerlo, y es mediante:
1. La relajación: Desde los dedos de los píes hasta la cabeza, adquiriendo conciencia de cada parte del cuerpo, centrándose, largamente, en los tobillos, relajándolos. Luego, representarse escenas de calma y armonía en la naturaleza, como un lago de aguas tranquilas, jardines de flores hermosas, hermosos amaneceres, etcétera.  Adormeciendo los sentidos físicos, se despiertan, simultáneamente, los sentidos espirituales y se activa la unificación de la conciencia.
2. Oír música clásica de Chopin, Mozart, Beethoven, y otros, permite acceder a estados expandidos de conciencia.
3. La concentración: donde se centra la mente se expande la conciencia y la capacidad creadora.
4. La contemplación: en la esencia de la mente, en el silencio interior, en conexión divina.
5. Preguntas al ser interior: Formular tres veces, en cada ejercicio, una de las preguntas que siguen, y luego quedarse en estado receptivo, sosegado y silencioso: Qué es el amor? Qué es la belleza? Qué es la justicia? Qué es la compensación? Qué es la armonía? Qué es la igualdad? Qué es la templanza? Qué es la prosperidad? Qué es el equilibrio? Qué es la salud? Qué es la armonía? Qué es el orden? Qué es la economía? Qué es la generosidad? Qué es el perdón? Qué es el respeto? Qué es la dignidad? Qué es el trabajo? Qué es la riqueza? Qué es la abundancia? Qué es la amistad? Qué es la fidelidad? Qué es la sinceridad? Qué es el bien? Qué es la tolerancia? Qué es la paz mental? Qué es el deber? Qué es la familia? Qué es la felicidad? Qué es la sabiduría? Qué es la prudencia? Qué es la paciencia? Qué es la perseverancia? Qué es la libertad? Qué es una vida virtuosa? Qué es el servicio? Qué es el karma y el vipaka, la acción y la reacción, la siembra y la recogida, la causa y el efecto? Qué es la voluntad? Qué es la imaginación? Qué son los deseos? Qué es una necesidad? Qué es la motivación? Qué es el entusiasmo? Qué es el autodominio? Qué es la humildad? E incontables otras.
6. Autosugestión y autohipnosis: Permiten acceder al control de la propia mente y a su dirección positiva, creadora y efectiva.
7. Afrontando las necesidades, en todas sus vertientes y variantes, con confianza, para activar el poder potencialmente infinito de la mente.
8.  Por la realización de los objetivos personales, se accede, también, a la unificación de la conciencia y a la generación de la percepción intuitiva e inspirativa, así como a la canalización del poder creativo-realizador, suficiente, si se persiste hasta alcanzar la meta. 
9. Mediante estudios diversos o lecturas, se activa la unificación de la conciencia, por la concentración, la proyección mental, la intuición y la inspiración, entre otras facultades.
10.         Por los sueños: programándolos para conocer las soluciones a determinadas situaciones, obtener informaciones diversas, así como el conocimiento de vidas anteriores, afirmando: 1) -Quiero tener un sueño, y recordarlo, que me permita encontrar la solución efectiva a esta situación: (Describirla). 2) -Quiero tener un sueño, que no contenga elementos dolorosos, y recordarlo, que me permita conocer elementos de mi interés de una existencia anterior enmarcada en el siglo: (Mencionarlo). 3) Adoptar la costumbre de escribir los sueños tan pronto uno se despierte, en la mañana; ese registro de sueños, permitirá darse cuenta, oportunamente, que contienen informaciones de vital importancia, cuando se releen, en el futuro. Y, al releerlos, permite establecer la conexión con esa actividad espiritual que facilitó el sueño, la cual es una unificación activa de la conciencia.
11.         Levantarse temprano, tan pronto como cada quien se despierte, en la mañana, también permite mantener la unificación de la conciencia y la lucidez mental.
12.         Por lecturas en el propio archivo espiritual, en estado de interiorización.
13.         Por lecturas de contenidos mentales en el archivo espiritual de incontables seres en los cuatro reinos naturales, en proyección espiritual.
14.         Por la meditación en el Ser Universal, mediante el constante recuerdo o Dzikr.
15.         La meditación en los valores universales, o atributos divinos, permite descifrar, gradualmente, la VERDAD UNIVERSAL, percibiendo el qué, el cómo, el quién, el cuándo, el dónde, el cuánto, y el por qué?
16.         Mediante la realización de trabajos diversos, ya que toda acción es una meditación en movimiento.
17.         La meditación en la pregunta: -Quién soy yo?, sosteniendo la pregunta en una interiorización sosegada, permaneciendo, luego, en estado receptivo.
·       Permite  adquirir la conciencia de la unidad perfecta e indisoluble que se conforma con el Ser Universal.
·       Todo es UNO: la esencia de la MENTE; la Divinidad en todo y en el Todo, sin separarse de sí misma y sin dejar de ser ella misma.
La UNIFICACIÓN DE LA CONCIENCIA es la clave de la Conciencia cósmica. Adelante.