domingo, 18 de junio de 2017

CÓMO DESARROLLAR UNA PODEROSA AUTO-CONFIANZA


CÓMO DESARROLLAR
 UNA PODEROSA AUTO-CONFIANZA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: Cómo potenciar el Autodominio


-“Si uno avanza con confianza en la dirección de su sueños y se empeña en vivir la vida que ha imaginado, se encontrará con un éxito inesperado en horas comunes”-.
Henry David Thoreau

-“La confiada expectación propende a poner en actividad todas las facultades mentales e infundirles el ardor y el entusiasmo por la obra, basados en la fe y confianza en el feliz resultado final”-.
W. W. Atkinson


En su famoso ensayo sobre la confianza en sí mismo, Ralph Waldo Emerson, señaló: -“Creer en el propio pensamiento y que, lo que es verdadero para vosotros, en la intimidad de vuestro ser, es verdadero para todos, esto es genio. Expresad vuestra convicción latente y ella se convertirá en el sentido universal; porque en el momento oportuno lo interno se convierte en lo externo”-.
La auto-confianza denota seguridad, convicción, fe y expectación positiva en los resultados. Genera una poderosa fuerza de realización que permite seguir, con paciencia y tenacidad, para superar las pruebas de la vida, en todas sus fases, e induce, a cada persona, a expresar: -Yo sigo adelante, venzo todos los obstáculos y llego a mi meta-.
Aquí reside la clave fundamental de la auto-confianza: Tener una meta u objetivos básicos en la vida.
Toda persona exitosa, al desarrollar el poder de la confianza, ha definido, primeramente, su objetivo, al cual, a corto, mediano y largo plazo, concentra toda su capacidad creativa y poder de realización.
Conociendo que cada uno de los esfuerzos desplegados conduce a un fin determinado –y satisfactorio-, con una curva factible de resultados, debidamente planeados –y abordados- por su estricto orden de prioridad, en el espacio y tiempo, proporciona una profunda sensación de seguridad y mantiene estable, en la pantalla mental, una idea, un proyecto, objetivo o meta, cuya constancia confiada, en la acción, coadyuva a su realización o éxito.
El conocimiento es la base del poder de la confianza. Se teme lo que se desconoce, empero, lo que se conoce inspira confianza. Ese es el gran secreto.
En primer lugar se requiere conocer la vida, sus leyes y valores universales, lo cual implica un programa sistemático –y gradual-, de estudio de todas las ciencias, filosofías y doctrinas, antiguas y modernas, que amplíen tu visión del entorno, para descifrar de dónde vienes, ubicarte en que posición te encuentras, vislumbrando las tendencias cuya dirección sigues.
En segundo lugar, el auto-conocimiento, siguiendo el precepto que Quilón, el Lacedemonio, -uno de los siete sabios-, inscribiera en el Templo de Apolo, en Delfos de la antigua Grecia, de: -“Conocete a ti mismo”-,  el cual permite tener conciencia de tus aptitudes, carencias o necesidades, -fortalezas y puntos menos fuertes-, y, deseos y aspiraciones, que te indican el camino que debes seguir para optimizar el uso de las primeras y desarrollar las segundas para impulsar tu propia evolución y autorrealización.
Auto-conocerse, significa, también, conocer a los demás. La visión del entorno, permite percatarte donde estás y en que dirección puedes ir. La vocación y las propias necesidades, hacia dónde debes ir. Tus aptitudes, cuan lejos puedes llegar; y, tus aspiraciones y/o necesidades, las metas que elegirás y que estás en disposición anímica de alcanzar.
Tu confianza en la vida, en ti y en los demás y en las bondades y factibilidad de tu objetivo, permite mantenerte firme en tus propósitos y alcanzarlos con certeza.
Conocer, en cada caso, el objetivo a lograr, el tiempo en que se alcanzará, los elementos de la tarea o trabajo, las alternativas posibles, además de las propias capacidades o limitaciones, estimula el poder de la confianza, el cual atrae, como un poderoso imán, a los elementos coadyuvantes: personas o recursos adecuados a las metas propuestas.
El poder de la confianza es la base de una de las cuatro virtudes de los antiguos, es decir, el coraje o valor, que permite seguir adelante, persistir, actuando con seguridad, y triunfar; alimenta la fortaleza de espíritu necesaria para superar, creativamente, todos los obstáculos.
Se tiene coraje hasta donde alcanza la fortaleza, y ésta, en el grado de aquél.
La otras tres virtudes que requieren práctica constante como elementos coadyuvantes del poder de la confianza, son: la sabiduría y/o la prudencia, la primera, permite ver claramente el camino bajo la égida de los valores universales; la segunda, indica hasta dónde debe recorrerse; la justicia, cuya confianza en ella facilita recibir con seguridad, así como dar, la debida compensación, oportunamente, y, actuar, además, justamente, en todos los actos; y, la templanza o moderación, conlleva administrar adecuadamente la provisión de recursos con que la naturaleza de las cosas, y la providencia universal, en cada etapa, ponen a la propia disposición.
Empero, las demás virtudes deben ser practicadas como evidencia del autodominio inherente, entre ellas encontrar el propio orden en la vida, siguiendo las directrices de la ley de afinidad cósmica.
La auto-independencia, mediante la cual se elige, libremente, dentro del cumplimiento de las leyes cósmicas, las propias metas, de acuerdo a la suma existencial inherente.
La paciencia, cuando hay que esperar el momento oportuno para plasmar la victoria o triunfo, insta a perseverar, de acuerdo al esquema cósmico, hasta alcanzar los propios objetivos.
La tolerancia, dentro de los parámetros permisibles, es una poderosa clave del autodominio y facilita que las cosas caigan –o se impulsen- por su propio peso, armonizando situaciones. En todo, lo que importa es el resultado final.
La autodisciplina, mantiene firme el timón de la vida, en las propias manos, hasta alcanzar cada una de las metas prefijadas.
La actitud mental positiva: enfoque que, en cada situación, ve el lado bueno de las cosas, para que, como decía el maestro Jesús de Nazareth, -“en lo que ves, te convertirás”-, puedas sintonizarte con los canales creativos que conducen a la autorrealización.
La humildad, fuerza aerodinámica que vence resistencias.
La bondad, la generosidad y el altruismo, conjuntamente con la equidad y la justicia, permiten hacer el bien desinteresadamente. En esto consiste la Regla de oro: -“Hacer a otros lo mismo que a cada quien le gustaría recibir, en idénticas situaciones”. O su enfoque opuesto: -“No hacer a nadie lo que no se quisiera para sí”.
El amor, poder supremo del universo, supera todas las barreras y/o fronteras, vivifica el espíritu, armoniza la vida universal, crea lazos de afecto fraternal en los seres y los unifica en el ideal cósmico de la luz divina, de la sabiduría y de la gradual evolución, hasta alcanzar la maestría de la creación y ascender siempre a un más allá de progreso y autorrealización.
La quietud, la calma y la serenidad, para mantener el control de la situación, el equilibrio, la energía vital constante y la lucidez mental, para actuar en el momento justo, haciendo la cosa correcta, aplicando la fuerza suficiente, logrando los resultados adecuados, en cada caso; cuyas prácticas asiduas fortalecen el poder de la confianza.

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El poder de la confianza facilita la auto-aceptación y convertirse, en las prudentes palabras de Sören Kiekegaard: -“En la persona que se anhela ser”-.
Ralph Waldo Emerson, expresó: -“Ten confianza; cada ser vibra a esta cuerda de acero. Acepta el puesto que la Divina Providencia ha encontrado para ti, la necesidad de tus contemporáneos y la conexión de los eventos. Los grandes hombres siempre han hecho así y se han confiado, como niños, al genio de su tiempo, testimoniando su conciencia de que Aquél que posee, absolutamente, mérito de confianza, había tomado puesto en ellos trabajando a través de sus manos y dominando en la totalidad de cada ser”-.
En el desarrollo del poder de la confianza, es preciso seguir varios pasos:
1.           Es imperativo que tú realmente desees tener éxito en la vida, en tu profesión, en la convivencia familiar, en los estudios y en todos los ámbitos existenciales y sientas la urgente necesidad de tenerlo aquí y ahora.
2.           Si tú quieres, puedes. El secreto consiste en vivir con plenitud; aborda cada tarea con total dedicación y entusiasmo. Cuando la actividad alcanza su mayor intensidad, y resistencia, la persona  que utiliza el poder de la confianza persiste  y logra los resultados positivos apetecidos.
3.           Concentra tu capacidad en objetivos claramente definidos, en estricto orden prioritario, en todas las áreas de tu interés: Trabajo profesional, vida familiar, estudios, recreación y actividades sociales en general. Desarrolla el poder de la confianza dedicándote en cuerpo, alma y espíritu a lo que te gusta, a conquistar tus objetivos cada vez en un mejor y más elevado nivel de resultados. Vive realizando tus metas. Duerme, imaginando la realización exitosa de tus estrategias; ejecuta intensa y sosegadamente, con desapego y dedicación creativa, las cosas que te gustan y la confianza emerge, gradualmente, con naturalidad, generando la visión y el poder suficientes para seguir adelante cuando más ardua se vuelve la tarea, optimizando cada vez mayor grado de persistencia capaz de alcanzar los resultados apetecidos.
4.           Repítete: -Es fácil;  voy a lograrlo. Visualiza en la pantalla mental el resultado final claramente realizado. Luego, afirma: -Gracias, Ser Universal, esto: (especifícalo) -o algo mejor- ya está logrado en armonía con todos y con el Todo. Realiza tus objetivos sin esfuerzo objetivo alguno, con expectativas positivas, dejando encargada a la mente psiconsciente el logro prefijado, sin interferir.
v Procedimiento: Relájate física, mental y espiritualmente desde los dedos de los pies hasta la cabeza; imagina que te encuentras en un escenario de paz, en contacto armónico con la naturaleza, en una playa, lago o río, flotando en el agua en posición flotante sobre las espaldas y rodeado de una nube blanca que te envuelve como un manto protector dando por hecho que es el Ser Universal que te protege de esta manera.
v Imagina o visualiza el resultado final debidamente realizado.
v Da las gracias al Ser Universal por cuanto el logro apetecido u otro equivalente o mejor está ya logrado en armonía con todos.
v Ahora, ejecuta la acción adecuada, con confianza, naturalidad, serenidad, calma imperturbable y un absoluto silencio, una y otra vez, hasta lograr los objetivos.
v Con este procedimiento has programado la mente psiconsciente que es la creadora  y la verdadera realizadora  del objetivo planificado. Una vez llevada a cabo dicha programación, mediante la enunciación por escrito de los objetivos y la visualización de los mismos debidamente alcanzados, y expresado gratitud por su logro, es preciso actuar con desapego, sin interferir el proceso puesto en marcha  en la mente creadora interior. Hay que dar por hecho el logro, actuando como si ya fue realizado exitosamente.
5.           La constancia confiada logra todas las metas. Recuerda, la vida te dotó para triunfar y, además, espera tu éxito para que seas un instrumento útil en los planes del Gran Arquitecto del Universo.
6.           Actúa con absoluta ética para potenciar tu autoridad moral la cual permite ejecutar en mayor grado el poder de la confianza, por cuanto no tienes nada que temer. Puedes continuar andando por la vida con la frente alta, el caminar tranquilo, la conciencia en paz, el espíritu radiante, y el futuro deparándote, cada vez más, mejores tareas para acrecentar tu evolución integral.
7.           Organiza tu trabajo diario: Sepas lo que tienes que hacer todos los días, programando, cada noche, en estricto orden prioritario, lo que debes realizar en la jornada siguiente.
v      Clasifica tus actividades en urgentes e importantes, enumerándolas por el orden de importancia, estableciendo, claramente, prioridades.
v      Empieza por la número uno y así sucesivamente.  Concentra toda tu capacidad creadora en una actividad a la vez. Luego vas pasando a la siguiente hasta realizarlas todas o lo que sea factible realizar.
v      Las tareas pendientes encabezarán la lista del día siguiente. Con este método se mantiene el trabajo realizado y se gana en auto-confianza y efectividad.
v      Aplica el mismo sistema a tus obligaciones y compromisos: resuelve todas las situaciones.
v      Hazlo por escrito para imprimirle la verdadera dimensión a cada tarea. Controlado todo en el papel, en la práctica se hace más fácil su ejecución, generando una autentica auto-confianza.
8.           Acrecienta tu fortaleza y valor. William James,  -pensador del siglo XX-, destacó la importancia de sustituir el temor por la confianza y la determinación, lo cual produce, en cada quien, un profundo efecto tonificante. Cada vez que un pensamiento de temor se infiltra en la mente, sustitúyelo por otro de valor. La mente tiene cabida sólo para un pensamiento a la vez, positivo o negativo. El uno desplaza al otro, al igual que la luz evacua la oscuridad. Escoge los pensamientos positivos opuestos a los que, eventualmente, deseas corregir y fortalece, en ti, automáticamente, los de auto-confianza, amor, calma, tranquilidad, serenidad, seguridad, salud, bienestar, abundancia, sabiduría, alegría y gratitud, entre otros.
9.           Afirma: -Todo me está yendo en excelente forma. Tengo confianza. Las cosas siempre salen bien si les da, a la vida, la oportunidad de ayudarte, y haces, además, lo que está a tu alcance realizar.
10. Los objetivos, en general, resultan más fácil alcanzarlos, que dejar de hacerlo, si se abordan rápidamente, con resolución; querer es poder. La auto-confianza activa tu poder creativo-realizador. Tú, siempre puedes si realmente crees, y, además, quieres. En la vida, por ley cósmica, todo tiende a la realización positiva, aún en los momentos menos fáciles.
11. Toma la decisión de afrontar las situaciones de la vida, tan pronto se presenten, con agilidad, prestancia, confianza, serenidad, coraje y valentía, aplicando toda tu capacidad creativa y observa como las cosas las resuelves, con rapidez y efectividad.
12. Valora cada situación en su exacta dimensión. Jamás sobreestimes ni subestimes una situación, tanto en sus beneficios como en sus consecuencias; aplica, siempre, el método científico de resolución de situaciones, el cual consiste en:

v      Definir, por escrito, la situación que requiere solución.
v      Analizar la misma, con serenidad, objetivamente, y dividirla en sus unidades más pequeñas, jerarquizándolas por su orden prioritario.
v      Buscar todas las eventuales soluciones posibles, y escribirlas.
v      Evaluarlas y seleccionar la mejor. Es preciso hacerse cargo probable de los resultados factibles, preguntándose: Si llevo a cabo este curso de acción y sucede lo mejor, resuelve satisfactoriamente la situación? Y, si ocurriese lo menos favorable, podré controlarla sin consecuencias negativas? Si ambas premisas se cumplen, se puede tomar la decisión.
v      Tan pronto hayas elegido la mejor solución, es preciso ponerse de inmediato a la acción, actuando con firmeza, confianza y constancia, hasta resolver, satisfactoriamente, el caso respectivo.
v      Todas las noches, al acostarte, relájate -física, mental y espiritualmente-;  y duérmete dando las gracias al Ser Universal por cuanto el caso  ya está resuelto.
v      Visualiza la solución en su etapa culminante, dejando libre el canal de manifestación.
13.        Haz todo lo que debes hacer, -sabia y prudentemente-, y verás como, con cada logro obtenido, aumenta tu poder de auto-confianza. Esta es la regla máxima. Conserva tu autenticidad. Comprende la causa de los acontecimientos y tendrás el valor de aceptar las cosas tal como son, transmutando, cada situación, en oportunidad.
Adelante.



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EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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domingo, 18 de junio de 2017

CÓMO DESARROLLAR UNA PODEROSA AUTO-CONFIANZA


CÓMO DESARROLLAR
 UNA PODEROSA AUTO-CONFIANZA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: Cómo potenciar el Autodominio


-“Si uno avanza con confianza en la dirección de su sueños y se empeña en vivir la vida que ha imaginado, se encontrará con un éxito inesperado en horas comunes”-.
Henry David Thoreau

-“La confiada expectación propende a poner en actividad todas las facultades mentales e infundirles el ardor y el entusiasmo por la obra, basados en la fe y confianza en el feliz resultado final”-.
W. W. Atkinson


En su famoso ensayo sobre la confianza en sí mismo, Ralph Waldo Emerson, señaló: -“Creer en el propio pensamiento y que, lo que es verdadero para vosotros, en la intimidad de vuestro ser, es verdadero para todos, esto es genio. Expresad vuestra convicción latente y ella se convertirá en el sentido universal; porque en el momento oportuno lo interno se convierte en lo externo”-.
La auto-confianza denota seguridad, convicción, fe y expectación positiva en los resultados. Genera una poderosa fuerza de realización que permite seguir, con paciencia y tenacidad, para superar las pruebas de la vida, en todas sus fases, e induce, a cada persona, a expresar: -Yo sigo adelante, venzo todos los obstáculos y llego a mi meta-.
Aquí reside la clave fundamental de la auto-confianza: Tener una meta u objetivos básicos en la vida.
Toda persona exitosa, al desarrollar el poder de la confianza, ha definido, primeramente, su objetivo, al cual, a corto, mediano y largo plazo, concentra toda su capacidad creativa y poder de realización.
Conociendo que cada uno de los esfuerzos desplegados conduce a un fin determinado –y satisfactorio-, con una curva factible de resultados, debidamente planeados –y abordados- por su estricto orden de prioridad, en el espacio y tiempo, proporciona una profunda sensación de seguridad y mantiene estable, en la pantalla mental, una idea, un proyecto, objetivo o meta, cuya constancia confiada, en la acción, coadyuva a su realización o éxito.
El conocimiento es la base del poder de la confianza. Se teme lo que se desconoce, empero, lo que se conoce inspira confianza. Ese es el gran secreto.
En primer lugar se requiere conocer la vida, sus leyes y valores universales, lo cual implica un programa sistemático –y gradual-, de estudio de todas las ciencias, filosofías y doctrinas, antiguas y modernas, que amplíen tu visión del entorno, para descifrar de dónde vienes, ubicarte en que posición te encuentras, vislumbrando las tendencias cuya dirección sigues.
En segundo lugar, el auto-conocimiento, siguiendo el precepto que Quilón, el Lacedemonio, -uno de los siete sabios-, inscribiera en el Templo de Apolo, en Delfos de la antigua Grecia, de: -“Conocete a ti mismo”-,  el cual permite tener conciencia de tus aptitudes, carencias o necesidades, -fortalezas y puntos menos fuertes-, y, deseos y aspiraciones, que te indican el camino que debes seguir para optimizar el uso de las primeras y desarrollar las segundas para impulsar tu propia evolución y autorrealización.
Auto-conocerse, significa, también, conocer a los demás. La visión del entorno, permite percatarte donde estás y en que dirección puedes ir. La vocación y las propias necesidades, hacia dónde debes ir. Tus aptitudes, cuan lejos puedes llegar; y, tus aspiraciones y/o necesidades, las metas que elegirás y que estás en disposición anímica de alcanzar.
Tu confianza en la vida, en ti y en los demás y en las bondades y factibilidad de tu objetivo, permite mantenerte firme en tus propósitos y alcanzarlos con certeza.
Conocer, en cada caso, el objetivo a lograr, el tiempo en que se alcanzará, los elementos de la tarea o trabajo, las alternativas posibles, además de las propias capacidades o limitaciones, estimula el poder de la confianza, el cual atrae, como un poderoso imán, a los elementos coadyuvantes: personas o recursos adecuados a las metas propuestas.
El poder de la confianza es la base de una de las cuatro virtudes de los antiguos, es decir, el coraje o valor, que permite seguir adelante, persistir, actuando con seguridad, y triunfar; alimenta la fortaleza de espíritu necesaria para superar, creativamente, todos los obstáculos.
Se tiene coraje hasta donde alcanza la fortaleza, y ésta, en el grado de aquél.
La otras tres virtudes que requieren práctica constante como elementos coadyuvantes del poder de la confianza, son: la sabiduría y/o la prudencia, la primera, permite ver claramente el camino bajo la égida de los valores universales; la segunda, indica hasta dónde debe recorrerse; la justicia, cuya confianza en ella facilita recibir con seguridad, así como dar, la debida compensación, oportunamente, y, actuar, además, justamente, en todos los actos; y, la templanza o moderación, conlleva administrar adecuadamente la provisión de recursos con que la naturaleza de las cosas, y la providencia universal, en cada etapa, ponen a la propia disposición.
Empero, las demás virtudes deben ser practicadas como evidencia del autodominio inherente, entre ellas encontrar el propio orden en la vida, siguiendo las directrices de la ley de afinidad cósmica.
La auto-independencia, mediante la cual se elige, libremente, dentro del cumplimiento de las leyes cósmicas, las propias metas, de acuerdo a la suma existencial inherente.
La paciencia, cuando hay que esperar el momento oportuno para plasmar la victoria o triunfo, insta a perseverar, de acuerdo al esquema cósmico, hasta alcanzar los propios objetivos.
La tolerancia, dentro de los parámetros permisibles, es una poderosa clave del autodominio y facilita que las cosas caigan –o se impulsen- por su propio peso, armonizando situaciones. En todo, lo que importa es el resultado final.
La autodisciplina, mantiene firme el timón de la vida, en las propias manos, hasta alcanzar cada una de las metas prefijadas.
La actitud mental positiva: enfoque que, en cada situación, ve el lado bueno de las cosas, para que, como decía el maestro Jesús de Nazareth, -“en lo que ves, te convertirás”-, puedas sintonizarte con los canales creativos que conducen a la autorrealización.
La humildad, fuerza aerodinámica que vence resistencias.
La bondad, la generosidad y el altruismo, conjuntamente con la equidad y la justicia, permiten hacer el bien desinteresadamente. En esto consiste la Regla de oro: -“Hacer a otros lo mismo que a cada quien le gustaría recibir, en idénticas situaciones”. O su enfoque opuesto: -“No hacer a nadie lo que no se quisiera para sí”.
El amor, poder supremo del universo, supera todas las barreras y/o fronteras, vivifica el espíritu, armoniza la vida universal, crea lazos de afecto fraternal en los seres y los unifica en el ideal cósmico de la luz divina, de la sabiduría y de la gradual evolución, hasta alcanzar la maestría de la creación y ascender siempre a un más allá de progreso y autorrealización.
La quietud, la calma y la serenidad, para mantener el control de la situación, el equilibrio, la energía vital constante y la lucidez mental, para actuar en el momento justo, haciendo la cosa correcta, aplicando la fuerza suficiente, logrando los resultados adecuados, en cada caso; cuyas prácticas asiduas fortalecen el poder de la confianza.

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El poder de la confianza facilita la auto-aceptación y convertirse, en las prudentes palabras de Sören Kiekegaard: -“En la persona que se anhela ser”-.
Ralph Waldo Emerson, expresó: -“Ten confianza; cada ser vibra a esta cuerda de acero. Acepta el puesto que la Divina Providencia ha encontrado para ti, la necesidad de tus contemporáneos y la conexión de los eventos. Los grandes hombres siempre han hecho así y se han confiado, como niños, al genio de su tiempo, testimoniando su conciencia de que Aquél que posee, absolutamente, mérito de confianza, había tomado puesto en ellos trabajando a través de sus manos y dominando en la totalidad de cada ser”-.
En el desarrollo del poder de la confianza, es preciso seguir varios pasos:
1.           Es imperativo que tú realmente desees tener éxito en la vida, en tu profesión, en la convivencia familiar, en los estudios y en todos los ámbitos existenciales y sientas la urgente necesidad de tenerlo aquí y ahora.
2.           Si tú quieres, puedes. El secreto consiste en vivir con plenitud; aborda cada tarea con total dedicación y entusiasmo. Cuando la actividad alcanza su mayor intensidad, y resistencia, la persona  que utiliza el poder de la confianza persiste  y logra los resultados positivos apetecidos.
3.           Concentra tu capacidad en objetivos claramente definidos, en estricto orden prioritario, en todas las áreas de tu interés: Trabajo profesional, vida familiar, estudios, recreación y actividades sociales en general. Desarrolla el poder de la confianza dedicándote en cuerpo, alma y espíritu a lo que te gusta, a conquistar tus objetivos cada vez en un mejor y más elevado nivel de resultados. Vive realizando tus metas. Duerme, imaginando la realización exitosa de tus estrategias; ejecuta intensa y sosegadamente, con desapego y dedicación creativa, las cosas que te gustan y la confianza emerge, gradualmente, con naturalidad, generando la visión y el poder suficientes para seguir adelante cuando más ardua se vuelve la tarea, optimizando cada vez mayor grado de persistencia capaz de alcanzar los resultados apetecidos.
4.           Repítete: -Es fácil;  voy a lograrlo. Visualiza en la pantalla mental el resultado final claramente realizado. Luego, afirma: -Gracias, Ser Universal, esto: (especifícalo) -o algo mejor- ya está logrado en armonía con todos y con el Todo. Realiza tus objetivos sin esfuerzo objetivo alguno, con expectativas positivas, dejando encargada a la mente psiconsciente el logro prefijado, sin interferir.
v Procedimiento: Relájate física, mental y espiritualmente desde los dedos de los pies hasta la cabeza; imagina que te encuentras en un escenario de paz, en contacto armónico con la naturaleza, en una playa, lago o río, flotando en el agua en posición flotante sobre las espaldas y rodeado de una nube blanca que te envuelve como un manto protector dando por hecho que es el Ser Universal que te protege de esta manera.
v Imagina o visualiza el resultado final debidamente realizado.
v Da las gracias al Ser Universal por cuanto el logro apetecido u otro equivalente o mejor está ya logrado en armonía con todos.
v Ahora, ejecuta la acción adecuada, con confianza, naturalidad, serenidad, calma imperturbable y un absoluto silencio, una y otra vez, hasta lograr los objetivos.
v Con este procedimiento has programado la mente psiconsciente que es la creadora  y la verdadera realizadora  del objetivo planificado. Una vez llevada a cabo dicha programación, mediante la enunciación por escrito de los objetivos y la visualización de los mismos debidamente alcanzados, y expresado gratitud por su logro, es preciso actuar con desapego, sin interferir el proceso puesto en marcha  en la mente creadora interior. Hay que dar por hecho el logro, actuando como si ya fue realizado exitosamente.
5.           La constancia confiada logra todas las metas. Recuerda, la vida te dotó para triunfar y, además, espera tu éxito para que seas un instrumento útil en los planes del Gran Arquitecto del Universo.
6.           Actúa con absoluta ética para potenciar tu autoridad moral la cual permite ejecutar en mayor grado el poder de la confianza, por cuanto no tienes nada que temer. Puedes continuar andando por la vida con la frente alta, el caminar tranquilo, la conciencia en paz, el espíritu radiante, y el futuro deparándote, cada vez más, mejores tareas para acrecentar tu evolución integral.
7.           Organiza tu trabajo diario: Sepas lo que tienes que hacer todos los días, programando, cada noche, en estricto orden prioritario, lo que debes realizar en la jornada siguiente.
v      Clasifica tus actividades en urgentes e importantes, enumerándolas por el orden de importancia, estableciendo, claramente, prioridades.
v      Empieza por la número uno y así sucesivamente.  Concentra toda tu capacidad creadora en una actividad a la vez. Luego vas pasando a la siguiente hasta realizarlas todas o lo que sea factible realizar.
v      Las tareas pendientes encabezarán la lista del día siguiente. Con este método se mantiene el trabajo realizado y se gana en auto-confianza y efectividad.
v      Aplica el mismo sistema a tus obligaciones y compromisos: resuelve todas las situaciones.
v      Hazlo por escrito para imprimirle la verdadera dimensión a cada tarea. Controlado todo en el papel, en la práctica se hace más fácil su ejecución, generando una autentica auto-confianza.
8.           Acrecienta tu fortaleza y valor. William James,  -pensador del siglo XX-, destacó la importancia de sustituir el temor por la confianza y la determinación, lo cual produce, en cada quien, un profundo efecto tonificante. Cada vez que un pensamiento de temor se infiltra en la mente, sustitúyelo por otro de valor. La mente tiene cabida sólo para un pensamiento a la vez, positivo o negativo. El uno desplaza al otro, al igual que la luz evacua la oscuridad. Escoge los pensamientos positivos opuestos a los que, eventualmente, deseas corregir y fortalece, en ti, automáticamente, los de auto-confianza, amor, calma, tranquilidad, serenidad, seguridad, salud, bienestar, abundancia, sabiduría, alegría y gratitud, entre otros.
9.           Afirma: -Todo me está yendo en excelente forma. Tengo confianza. Las cosas siempre salen bien si les da, a la vida, la oportunidad de ayudarte, y haces, además, lo que está a tu alcance realizar.
10. Los objetivos, en general, resultan más fácil alcanzarlos, que dejar de hacerlo, si se abordan rápidamente, con resolución; querer es poder. La auto-confianza activa tu poder creativo-realizador. Tú, siempre puedes si realmente crees, y, además, quieres. En la vida, por ley cósmica, todo tiende a la realización positiva, aún en los momentos menos fáciles.
11. Toma la decisión de afrontar las situaciones de la vida, tan pronto se presenten, con agilidad, prestancia, confianza, serenidad, coraje y valentía, aplicando toda tu capacidad creativa y observa como las cosas las resuelves, con rapidez y efectividad.
12. Valora cada situación en su exacta dimensión. Jamás sobreestimes ni subestimes una situación, tanto en sus beneficios como en sus consecuencias; aplica, siempre, el método científico de resolución de situaciones, el cual consiste en:

v      Definir, por escrito, la situación que requiere solución.
v      Analizar la misma, con serenidad, objetivamente, y dividirla en sus unidades más pequeñas, jerarquizándolas por su orden prioritario.
v      Buscar todas las eventuales soluciones posibles, y escribirlas.
v      Evaluarlas y seleccionar la mejor. Es preciso hacerse cargo probable de los resultados factibles, preguntándose: Si llevo a cabo este curso de acción y sucede lo mejor, resuelve satisfactoriamente la situación? Y, si ocurriese lo menos favorable, podré controlarla sin consecuencias negativas? Si ambas premisas se cumplen, se puede tomar la decisión.
v      Tan pronto hayas elegido la mejor solución, es preciso ponerse de inmediato a la acción, actuando con firmeza, confianza y constancia, hasta resolver, satisfactoriamente, el caso respectivo.
v      Todas las noches, al acostarte, relájate -física, mental y espiritualmente-;  y duérmete dando las gracias al Ser Universal por cuanto el caso  ya está resuelto.
v      Visualiza la solución en su etapa culminante, dejando libre el canal de manifestación.
13.        Haz todo lo que debes hacer, -sabia y prudentemente-, y verás como, con cada logro obtenido, aumenta tu poder de auto-confianza. Esta es la regla máxima. Conserva tu autenticidad. Comprende la causa de los acontecimientos y tendrás el valor de aceptar las cosas tal como son, transmutando, cada situación, en oportunidad.
Adelante.



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