viernes, 4 de agosto de 2017

TIEMPO DE PROGRESO, ESCUDERO, TIEMPO DE PROGRESO


TIEMPO DE PROGRESO, ESCUDERO,
TIEMPO DE PROGRESO

©Giuseppe Isgró C.

1

Este es un tiempo de progreso, Escudero, por cuanto llega un momento, en la vida de los pueblos, y de las personas, en que se llega al fondo.
Si esto ocurre, o cuando esto ocurra, Escudero, es algo bueno, por cuanto nos encara con la realidad. Allí no hay evasión alguna, ni puede haberla. No hay más fondo hacia el cual sea posible evadirse ni descender más. Es la hora de la verdad y hay que encararla. La única salida posible es hacia adelante, o hacia arriba, da igual, ambos sentidos permiten aflorar hacia la luz, hacia el progreso, hacia un nuevo y más elevado estado de conciencia. En el momento en que se afronta la realidad cara a cara, sea cual esta fuere, sin evasión, sin abandonar cunado las cosas se ponen menos fáciles, se activan los poderes creadores del Espíritu y comienzan a surgir las coincidencias que aportan el logro anhelado o los resultados apetecidos. 
Escudero, ver la realidad implica precisarla, cuantificarla, enfocarla. Mirarla cara a cara, afrontándola. Al igual que en todo, la realidad es como una moneda, tiene dos caras. Una cara representa la noche; otra, el día. La primera, la cáscara de la nuez; la otra, la nuez propiamente dicha: el nutriente, la sustancia, la esencia, en una sola palabra: LA BONDAD, o bondades, en todas sus acepciones, de manera especial, los puntos fuertes; el bien en sus múltiples manifestaciones.
La bondad y el bien representan atributos esenciales de la Divinidad y dos características emblemáticas de Dios. Dios siempre es Dios y no hay más Dios que Dios, acuñó Mahoma, que dio impulso a lo que luego sería la Civilización Árabe, una LUZ en la oscuridad, dentro de esa larga noche medioeval que naciera en Nicea, en la ciudad de Iznik, en Turquía, bajo la égida del emperador Constantino El Grande, y posteriormente, sus sucesores, hasta ahora.
Por un lado, los que se afanaban en tapar el sol con un dedo; por el otro, un creciente número de personas que trajeron al mundo occidental la luz y el progreso que representó el perfecto equilibrio. Se desarrolló una espiritualidad que si bien ya se había expresado en múltiples corrientes espirituales y culturas, ahora alcanzaba niveles realmente elevados y dentro del Sufismo se escribirían algunas de las páginas de sabiduría de mayor relevancia en la larga historia humana.
Decía Mahoma: -“No hay más Dios que Dios”. Podríamos decir nosotros, ahora: No hay más amor que el amor. Todo lo que no es amor, no es el amor. Todo lo que es amor, es el amor. Cómo reconocerlo? Por sus frutos!!!
1)       El amor es el amor. Una tautología necesaria para afianzar en la conciencia la percepción correcta.
2)       El amor es luz que ilumina: primeramente el mundo interior; acto seguido, el mundo exterior. El amor es la luz del Espíritu y con ella ilumina su camino en el eterno retorno hacia la Divinidad. Tu camino es tu camino. Mi camino es mi camino. El caminante y el camino hacia la Divinidad. La Divinidad es la meta.
Caminante, camino y Divinidad conforman una sola Unidad, y sin embargo existe una cierta diferenciación en su manifestación. El camino es circunferencial y ascensional. El ascenso no es más que en la elevación de los Estados de Conciencia. En la depuración del velo que impide ver la Unidad esencial en todas las cosas.
Es la experiencia la que depura, eleva los estados de conciencia en las infinitas estaciones del Espíritu: Se afina la vibración de los pensamientos, sentimientos, palabras y actos. Por efectos de la resonancia magnética se sintoniza con todos los que vibran al unísono y eso constituye una gran fuerza, la Fuerza Fundamental.
La luz que irradia una persona activa la luz de las que están preparadas en el entorno para encender su propia luz, que siempre ha estado allí, aunque se dejara de percibir.

Al encender cada quien la propia luz, se ilumina el mundo interno; si el mundo interno está iluminado, se expande en el mundo exterior y cada quien ve, frente a sí, su camino personal, su propio camino hacia la Divinidad. Observa, también, a la Divinidad arengando a cada quien, en la propia conciencia, hacia la meta del propio camino: La Divinidad.

Entonces, el ser efectúa diversos descubrimientos:

a)       Que él es el caminante;
b)       Qué él es el camino;
c)        Que él es, también, la Fuente.
d)       Que él ya llegó a la meta;
e)       Que él siempre ha estado en la meta;
f)        Y, que él siempre ha estado conectado con la Fuente.

Entonces, él comienza a contar los inmensos dones que posee:
       I.            Vida: Con un Espíritu eterno e inmortal.
    II.            Poder creador potencialmente infinito.
  III.            Amor: El poder supremo universal y fuente de toda sabiduría.

Si hay amor, existe también bondad, prudencia y/o sabiduría, justicia, igualdad, compensación, para mantener el equilibrio, fortaleza, templanza y belleza, así como todos los derivados de estos valores universales.
Este es el bagaje cósmico que siempre poseerá en grado potencialmente infinito, del que extraerá lo que cada ser precisa cada vez que expresamente que experimente necesidades, o anhelos por realizar, si no obstaculiza el flujo el mismo individuo.
El mayor enemigo es el temor. La mayor bendición: La confianza.
Sea como fuere que estén las cosas, o se vean, en la realidad, más allá de las apariencias, todo está bien, en un orden perfecto, adecuado para ese momento, a partir del cual se traza la ruta, o proyección a la siguiente fase expansiva existencial.
La clave reside en encontrar ese orden perfecto dentro de sí mismo.
Si se encuentra el orden perfecto dentro de sí, por la ley de correspondencia también se manifiesta en forma análoga y equivalente, en el mundo exterior.
Dentro y fuera es lo mismo. Son diferentes planos de manifestación. Como es adentro es afuera. Como es afuera es adentro.
Como queremos que sea afuera, creémoslos dentro. Allí, en el santuario de la conciencia nadie puede, o podrá interferir, excepto la misma persona.
El primer paso es: La conexión con la Divinidad. La conexión con la Fuente Universal, convirtiéndose en instrumento de su voluntad divina para cumplir la misión cósmica que está asignada para cada quien en el concierto de todas las cosas, según los planes trazados por la Divinidad en la Ley Cósmica para la expansión de la Creación Universal.
CONEXIÓN DIVINA.
Siéntate cómodamente, apoyando las manos en los muslos, o acostado. Efectúa tres respiraciones profundas, exhalando lentamente. Cierra los ojos suavemente.
PROGRAMACIÓN ESPIRITUAL:
Afirma:
–“Entro en conexión divina con el Ser Universal”. (Tres veces).
Ahora estoy ya en conexión divina con el Ser Universal. (Tres veces).
Formo una unidad cósmica perfecta y eterna con el Ser Universal, -ELOÍ-.  (Diez veces).
Tengo conciencia de mi conexión divina con el Ser Universal, aquí y ahora.  (Tres veces).
1. Ahora, centra la atención en el punto donde nace el remolino del pelo, en la cabeza. Ese es el punto de conexión con el Ser Universal. Imagina allí un círculo blanco con el signo más en el centro. Repite tres veces el nombre: ELOÍ.
2. Ahora, centra la atención en el hombro izquierdo. Repite tres veces el nombre: ELOÍ.
3. Ahora, centra la atención en el hombro derecho. Repite tres veces el nombre: ELOÍ.
4. Completa el triángulo, centrando nuevamente la atención en el punto donde nace el remolino del pelo, en el centro de conexión con el Ser Universal; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
5. Ahora, baja hasta la nuca y centra allí la atención; repite diez veces el nombre: ELOÍ. Este es el centro donde reside el ojo que todo lo ve; si sigues concentrando la atención en este punto un largo tiempo con la repetición del nombre ELOÍ, observarás como se va desarrollando la capacidad de percepción intuitiva clarividente o conciencia cósmica.
6. Ahora, centra la atención en la garganta; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
7. Ahora, centra la atención en el punto hara o tan tien, -tres centímetros debajo del ombligo y tres centímetros hacia dentro, en dirección de la columna vertebral-; este es el punto de equilibrio del cuerpo y del ser; repite diez veces el nombre: ELOÍ.
8. Ahora, concentra la atención en el cóccix; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
9. Ahora, centra la atención en el tobillo derecho; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
10.   Ahora, centra la atención en el tobillo izquierdo; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
11. Ahora, vuelve a concentrar la atención en el cóccix; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
12.  Ahora, vuelve de nuevo a centrar la atención en la nuca; repite diez veces el nombre: ELOÍ.
13.  Ahora, vuelve a centrar la atención en el punto donde nace el remolino del pelo, visualiza el circulo blanco y el signo más, -la Rueda de la Vida o el símbolo del Ser Universal, repite tres veces: ELOÍ.
14. Ahora, da por hecho que te encuentras en conexión perfecta y permanente con el Ser Universal, ELOÍ; imagina que desde el punto de conexión divina, -nacimiento del remolino de pelo-, en el cual ubicas, mentalmente, el Círculo blanco y el signo más en el centro, que la luz fluye y va saturando todo tu ser desde la cabeza hasta los pies. Al llegar a este punto, relaja los pies y siente las plantas y los tobillos intensamente, lo más que puedas y quieras.  (Muy importante). Ahora, afirma: ELOÍ, guíame, asísteme, protégeme e ilumíname.

Puedes utilizar el nombre de la Divinidad que prefieras: Dios, Eloí, Allah, u otro de tu preferencia, pero deberías evitar el uso del nombre de algún maestro en particular, ya que es una conexión espiritual con la Divinidad.
Este ejercicio se sugiere realizarlo en la mañana, al levantarse, antes de tomar café, u otra bebida, o en la noche, antes de acostarse. Durante el día, se recomienda cada vez que se requiera potenciar el estado de serenidad, o quietud interior. En las colas, por ejemplo, es un momento propicio para hacer fluir en armonía las fuerzas interiores. 

Este es un tiempo en que se inician las cosas en una nueva fase existencial para cada quien, a nivel personal, pero, también, para los respectivos países.
Vivimos en un mundo globalizado: las situaciones son análogas para todos; las oportunidades de crecimiento, y progreso, también.
El sol se encuentra despuntando por el Este, en el alba. Las próximas seis (6) décadas serán de esplendor. Los líderes precisarán ver los ciclos económicos más allá de los ciclos menores y mayores, es decir, entre 4 y 12 años por delante. Deben tener la visión de los ciclos de largas oscilaciones, mirando por delante los próximos sesenta (60) años, señalando al respectivo país las metas a corto, mediano, largo y macro plazo hacia donde serán orientados los planes de crecimiento integral, no solamente económico. De esta manera, en todos los niveles y grupos de intereses, cada quien orientará su formación en sentido del desarrollo del país, íntegramente. La gente tendrá unas reglas claras del juego existencial mediante las cuales orientar su esfuerzo de crecimiento y riqueza integral.
Los líderes deberían potenciar su visión de los ciclos históricos, ya que la historia se repite por ciclos alternos entre cuarenta y sesenta años. Esto permite subirse sobre hombros de gigantes para ver más lejos. Pero, realmente, los líderes del futuro tendrán la capacidad de ver varios milenios por delante, lo que ahora parecería imposible. Existen ciclos históricos que se repiten cada quinientos años, cada mil años, y otros de menores o mayores lapsos. Esta índole de ciclos históricos los son propiamente hablando: históricos, naturales, biológicos o geológicos, sociales y espirituales, entre otros. Esa visión global e integral, permite diseñar, o re-diseñar  el futuro, interpretando sentido de los planes cósmicos, que si bien son intangibles, o invisibles, para quienes aún deben aprender el lenguaje universal para la lectura de los acontecimientos, son perceptibles para quienes han desarrollado su conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora según los planes divinos de la Creación. Nada fácil, por supuesto, pero factible. Aquí, los que saben no hablan, por prudencia; los que aún precisan aprender, pueden correr el riesgo de hablar sin suficiente reflexión desviándose de la realidad. Por eso es preciso estudiar el pensamiento más preclaro de los grandes pensadores de todos los tiempos y países, para percibir los ideales que han concebido en el espacio y en el tiempo. Ellos son los maestros de la humanidad sobre cuyos hombros es preciso montarse para ver como ellos han visto, y aún más allá, en todas las ciencias, filosofías, artes o valores universales. Homero, con su Ilíada y Odisea, inspirador de la edad de oro griega, en sentido lato; Sidharta Gautama, cuyo Noble Sendero Óctuple, y el resto de las obras desarrolladas por su discípulos, como el Tripitaka, constituyen una guía certera en la vida de cada ser; Platón, uno de los mayores filósofos de todos los tiempos espera a que se le estudie en mayor grado, aún; Fidias, escultor sublime, a quien Pericles  encargó los planos de arquitectura de la Acrópolis y del Partenón; Plutarco, forjador de estadistas en los últimos dieciocho siglos, con sus Vidas Paralelas y su obra Moralia; Miguel de Cervantes y Saavedra, con su inmortal Quijote y otras obras de valor incalculable, para todos los tiempos; Leonardo Da Vinci, el genio universal del Renacimiento, paradigma vigente; Allan Kardec, uno de los pensadores más relevantes del siglo XIX, que descifra grandes enigmas de la vida y del universo; Alexis Carrel, uno de los pensadores más visionarios del siglo XX; Peter Drucker, el magnate de la gerencia moderna, de lectura obligada para todo líder, o director de empresa; Abraham Maslow, psicólogo humanista que desarrolló la teoría de las necesidades y de las motivaciones para la auto-realización humana; Gandhi, con su doctrina de la no violencia, o satyagraha, que demostró que sí es posible triunfar por medio pacíficos; y por supuesto, los grandes economistas como Adam Smith, ius filósofos como Luís Recasens Siches, y ensayistas como Ralp Waldo Emerson, por mencionar unos pocos ejemplos. Recordemos que Mortimer Adler, era de la opinión que, para que el pensamiento de cualquier persona pudiese ser tomado en cuenta, debía leer, y estudiar, por lo menos los 443 libros que él incluyera en los cincuenta y cuatro tomos de los Great Books.
Este es un tiempo de siembra y progreso. De las 6 am hasta las 12 m, es la primavera; nos encontramos ubicados, precisamente, al inicio de la primavera, ahora. De las 12 m hasta las 6pm., es el verano de la economía; de las 6pm hasta la medianoche, es el otoño de la vida; y de las 12 pm., hasta las 6am., es el invierno, o la noche oscura, precisamente, la etapa por la que, en diversos lugares del mundo se acaba de pasar. Descansados, con la mente fresca y fértil en creatividad, por la mañana, afloran las ideas, los planes y los propósitos sólidos y rectos, para las siguientes tres estaciones existenciales.
La noche quedó atrás, es preciso olvidarla. Mira el día que está por delante, empezando, con optimismo y entusiasmo. Observa, atentamente, todas las bondades que trae. Prepara tu copa de vida grande para dar, por cuanto, en esa misma, la Divinidad, al pagarte tu salario cósmico, es la que utilizará. Tanto como diste, te será dado. Tanto como quitaste, te será quitado, para compensar adecuadamente el efecto de tus acciones. Es justo, o no?
Es tiempo de progreso y de receptividad. Es preciso ser progresistas y receptivos.
Adelante.


Trabajo en revisión....
Continúa…….

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EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



http://enbuscadelavictoria.blogspot.com/

UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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viernes, 4 de agosto de 2017

TIEMPO DE PROGRESO, ESCUDERO, TIEMPO DE PROGRESO


TIEMPO DE PROGRESO, ESCUDERO,
TIEMPO DE PROGRESO

©Giuseppe Isgró C.

1

Este es un tiempo de progreso, Escudero, por cuanto llega un momento, en la vida de los pueblos, y de las personas, en que se llega al fondo.
Si esto ocurre, o cuando esto ocurra, Escudero, es algo bueno, por cuanto nos encara con la realidad. Allí no hay evasión alguna, ni puede haberla. No hay más fondo hacia el cual sea posible evadirse ni descender más. Es la hora de la verdad y hay que encararla. La única salida posible es hacia adelante, o hacia arriba, da igual, ambos sentidos permiten aflorar hacia la luz, hacia el progreso, hacia un nuevo y más elevado estado de conciencia. En el momento en que se afronta la realidad cara a cara, sea cual esta fuere, sin evasión, sin abandonar cunado las cosas se ponen menos fáciles, se activan los poderes creadores del Espíritu y comienzan a surgir las coincidencias que aportan el logro anhelado o los resultados apetecidos. 
Escudero, ver la realidad implica precisarla, cuantificarla, enfocarla. Mirarla cara a cara, afrontándola. Al igual que en todo, la realidad es como una moneda, tiene dos caras. Una cara representa la noche; otra, el día. La primera, la cáscara de la nuez; la otra, la nuez propiamente dicha: el nutriente, la sustancia, la esencia, en una sola palabra: LA BONDAD, o bondades, en todas sus acepciones, de manera especial, los puntos fuertes; el bien en sus múltiples manifestaciones.
La bondad y el bien representan atributos esenciales de la Divinidad y dos características emblemáticas de Dios. Dios siempre es Dios y no hay más Dios que Dios, acuñó Mahoma, que dio impulso a lo que luego sería la Civilización Árabe, una LUZ en la oscuridad, dentro de esa larga noche medioeval que naciera en Nicea, en la ciudad de Iznik, en Turquía, bajo la égida del emperador Constantino El Grande, y posteriormente, sus sucesores, hasta ahora.
Por un lado, los que se afanaban en tapar el sol con un dedo; por el otro, un creciente número de personas que trajeron al mundo occidental la luz y el progreso que representó el perfecto equilibrio. Se desarrolló una espiritualidad que si bien ya se había expresado en múltiples corrientes espirituales y culturas, ahora alcanzaba niveles realmente elevados y dentro del Sufismo se escribirían algunas de las páginas de sabiduría de mayor relevancia en la larga historia humana.
Decía Mahoma: -“No hay más Dios que Dios”. Podríamos decir nosotros, ahora: No hay más amor que el amor. Todo lo que no es amor, no es el amor. Todo lo que es amor, es el amor. Cómo reconocerlo? Por sus frutos!!!
1)       El amor es el amor. Una tautología necesaria para afianzar en la conciencia la percepción correcta.
2)       El amor es luz que ilumina: primeramente el mundo interior; acto seguido, el mundo exterior. El amor es la luz del Espíritu y con ella ilumina su camino en el eterno retorno hacia la Divinidad. Tu camino es tu camino. Mi camino es mi camino. El caminante y el camino hacia la Divinidad. La Divinidad es la meta.
Caminante, camino y Divinidad conforman una sola Unidad, y sin embargo existe una cierta diferenciación en su manifestación. El camino es circunferencial y ascensional. El ascenso no es más que en la elevación de los Estados de Conciencia. En la depuración del velo que impide ver la Unidad esencial en todas las cosas.
Es la experiencia la que depura, eleva los estados de conciencia en las infinitas estaciones del Espíritu: Se afina la vibración de los pensamientos, sentimientos, palabras y actos. Por efectos de la resonancia magnética se sintoniza con todos los que vibran al unísono y eso constituye una gran fuerza, la Fuerza Fundamental.
La luz que irradia una persona activa la luz de las que están preparadas en el entorno para encender su propia luz, que siempre ha estado allí, aunque se dejara de percibir.

Al encender cada quien la propia luz, se ilumina el mundo interno; si el mundo interno está iluminado, se expande en el mundo exterior y cada quien ve, frente a sí, su camino personal, su propio camino hacia la Divinidad. Observa, también, a la Divinidad arengando a cada quien, en la propia conciencia, hacia la meta del propio camino: La Divinidad.

Entonces, el ser efectúa diversos descubrimientos:

a)       Que él es el caminante;
b)       Qué él es el camino;
c)        Que él es, también, la Fuente.
d)       Que él ya llegó a la meta;
e)       Que él siempre ha estado en la meta;
f)        Y, que él siempre ha estado conectado con la Fuente.

Entonces, él comienza a contar los inmensos dones que posee:
       I.            Vida: Con un Espíritu eterno e inmortal.
    II.            Poder creador potencialmente infinito.
  III.            Amor: El poder supremo universal y fuente de toda sabiduría.

Si hay amor, existe también bondad, prudencia y/o sabiduría, justicia, igualdad, compensación, para mantener el equilibrio, fortaleza, templanza y belleza, así como todos los derivados de estos valores universales.
Este es el bagaje cósmico que siempre poseerá en grado potencialmente infinito, del que extraerá lo que cada ser precisa cada vez que expresamente que experimente necesidades, o anhelos por realizar, si no obstaculiza el flujo el mismo individuo.
El mayor enemigo es el temor. La mayor bendición: La confianza.
Sea como fuere que estén las cosas, o se vean, en la realidad, más allá de las apariencias, todo está bien, en un orden perfecto, adecuado para ese momento, a partir del cual se traza la ruta, o proyección a la siguiente fase expansiva existencial.
La clave reside en encontrar ese orden perfecto dentro de sí mismo.
Si se encuentra el orden perfecto dentro de sí, por la ley de correspondencia también se manifiesta en forma análoga y equivalente, en el mundo exterior.
Dentro y fuera es lo mismo. Son diferentes planos de manifestación. Como es adentro es afuera. Como es afuera es adentro.
Como queremos que sea afuera, creémoslos dentro. Allí, en el santuario de la conciencia nadie puede, o podrá interferir, excepto la misma persona.
El primer paso es: La conexión con la Divinidad. La conexión con la Fuente Universal, convirtiéndose en instrumento de su voluntad divina para cumplir la misión cósmica que está asignada para cada quien en el concierto de todas las cosas, según los planes trazados por la Divinidad en la Ley Cósmica para la expansión de la Creación Universal.
CONEXIÓN DIVINA.
Siéntate cómodamente, apoyando las manos en los muslos, o acostado. Efectúa tres respiraciones profundas, exhalando lentamente. Cierra los ojos suavemente.
PROGRAMACIÓN ESPIRITUAL:
Afirma:
–“Entro en conexión divina con el Ser Universal”. (Tres veces).
Ahora estoy ya en conexión divina con el Ser Universal. (Tres veces).
Formo una unidad cósmica perfecta y eterna con el Ser Universal, -ELOÍ-.  (Diez veces).
Tengo conciencia de mi conexión divina con el Ser Universal, aquí y ahora.  (Tres veces).
1. Ahora, centra la atención en el punto donde nace el remolino del pelo, en la cabeza. Ese es el punto de conexión con el Ser Universal. Imagina allí un círculo blanco con el signo más en el centro. Repite tres veces el nombre: ELOÍ.
2. Ahora, centra la atención en el hombro izquierdo. Repite tres veces el nombre: ELOÍ.
3. Ahora, centra la atención en el hombro derecho. Repite tres veces el nombre: ELOÍ.
4. Completa el triángulo, centrando nuevamente la atención en el punto donde nace el remolino del pelo, en el centro de conexión con el Ser Universal; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
5. Ahora, baja hasta la nuca y centra allí la atención; repite diez veces el nombre: ELOÍ. Este es el centro donde reside el ojo que todo lo ve; si sigues concentrando la atención en este punto un largo tiempo con la repetición del nombre ELOÍ, observarás como se va desarrollando la capacidad de percepción intuitiva clarividente o conciencia cósmica.
6. Ahora, centra la atención en la garganta; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
7. Ahora, centra la atención en el punto hara o tan tien, -tres centímetros debajo del ombligo y tres centímetros hacia dentro, en dirección de la columna vertebral-; este es el punto de equilibrio del cuerpo y del ser; repite diez veces el nombre: ELOÍ.
8. Ahora, concentra la atención en el cóccix; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
9. Ahora, centra la atención en el tobillo derecho; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
10.   Ahora, centra la atención en el tobillo izquierdo; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
11. Ahora, vuelve a concentrar la atención en el cóccix; repite tres veces el nombre: ELOÍ.
12.  Ahora, vuelve de nuevo a centrar la atención en la nuca; repite diez veces el nombre: ELOÍ.
13.  Ahora, vuelve a centrar la atención en el punto donde nace el remolino del pelo, visualiza el circulo blanco y el signo más, -la Rueda de la Vida o el símbolo del Ser Universal, repite tres veces: ELOÍ.
14. Ahora, da por hecho que te encuentras en conexión perfecta y permanente con el Ser Universal, ELOÍ; imagina que desde el punto de conexión divina, -nacimiento del remolino de pelo-, en el cual ubicas, mentalmente, el Círculo blanco y el signo más en el centro, que la luz fluye y va saturando todo tu ser desde la cabeza hasta los pies. Al llegar a este punto, relaja los pies y siente las plantas y los tobillos intensamente, lo más que puedas y quieras.  (Muy importante). Ahora, afirma: ELOÍ, guíame, asísteme, protégeme e ilumíname.

Puedes utilizar el nombre de la Divinidad que prefieras: Dios, Eloí, Allah, u otro de tu preferencia, pero deberías evitar el uso del nombre de algún maestro en particular, ya que es una conexión espiritual con la Divinidad.
Este ejercicio se sugiere realizarlo en la mañana, al levantarse, antes de tomar café, u otra bebida, o en la noche, antes de acostarse. Durante el día, se recomienda cada vez que se requiera potenciar el estado de serenidad, o quietud interior. En las colas, por ejemplo, es un momento propicio para hacer fluir en armonía las fuerzas interiores. 

Este es un tiempo en que se inician las cosas en una nueva fase existencial para cada quien, a nivel personal, pero, también, para los respectivos países.
Vivimos en un mundo globalizado: las situaciones son análogas para todos; las oportunidades de crecimiento, y progreso, también.
El sol se encuentra despuntando por el Este, en el alba. Las próximas seis (6) décadas serán de esplendor. Los líderes precisarán ver los ciclos económicos más allá de los ciclos menores y mayores, es decir, entre 4 y 12 años por delante. Deben tener la visión de los ciclos de largas oscilaciones, mirando por delante los próximos sesenta (60) años, señalando al respectivo país las metas a corto, mediano, largo y macro plazo hacia donde serán orientados los planes de crecimiento integral, no solamente económico. De esta manera, en todos los niveles y grupos de intereses, cada quien orientará su formación en sentido del desarrollo del país, íntegramente. La gente tendrá unas reglas claras del juego existencial mediante las cuales orientar su esfuerzo de crecimiento y riqueza integral.
Los líderes deberían potenciar su visión de los ciclos históricos, ya que la historia se repite por ciclos alternos entre cuarenta y sesenta años. Esto permite subirse sobre hombros de gigantes para ver más lejos. Pero, realmente, los líderes del futuro tendrán la capacidad de ver varios milenios por delante, lo que ahora parecería imposible. Existen ciclos históricos que se repiten cada quinientos años, cada mil años, y otros de menores o mayores lapsos. Esta índole de ciclos históricos los son propiamente hablando: históricos, naturales, biológicos o geológicos, sociales y espirituales, entre otros. Esa visión global e integral, permite diseñar, o re-diseñar  el futuro, interpretando sentido de los planes cósmicos, que si bien son intangibles, o invisibles, para quienes aún deben aprender el lenguaje universal para la lectura de los acontecimientos, son perceptibles para quienes han desarrollado su conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora según los planes divinos de la Creación. Nada fácil, por supuesto, pero factible. Aquí, los que saben no hablan, por prudencia; los que aún precisan aprender, pueden correr el riesgo de hablar sin suficiente reflexión desviándose de la realidad. Por eso es preciso estudiar el pensamiento más preclaro de los grandes pensadores de todos los tiempos y países, para percibir los ideales que han concebido en el espacio y en el tiempo. Ellos son los maestros de la humanidad sobre cuyos hombros es preciso montarse para ver como ellos han visto, y aún más allá, en todas las ciencias, filosofías, artes o valores universales. Homero, con su Ilíada y Odisea, inspirador de la edad de oro griega, en sentido lato; Sidharta Gautama, cuyo Noble Sendero Óctuple, y el resto de las obras desarrolladas por su discípulos, como el Tripitaka, constituyen una guía certera en la vida de cada ser; Platón, uno de los mayores filósofos de todos los tiempos espera a que se le estudie en mayor grado, aún; Fidias, escultor sublime, a quien Pericles  encargó los planos de arquitectura de la Acrópolis y del Partenón; Plutarco, forjador de estadistas en los últimos dieciocho siglos, con sus Vidas Paralelas y su obra Moralia; Miguel de Cervantes y Saavedra, con su inmortal Quijote y otras obras de valor incalculable, para todos los tiempos; Leonardo Da Vinci, el genio universal del Renacimiento, paradigma vigente; Allan Kardec, uno de los pensadores más relevantes del siglo XIX, que descifra grandes enigmas de la vida y del universo; Alexis Carrel, uno de los pensadores más visionarios del siglo XX; Peter Drucker, el magnate de la gerencia moderna, de lectura obligada para todo líder, o director de empresa; Abraham Maslow, psicólogo humanista que desarrolló la teoría de las necesidades y de las motivaciones para la auto-realización humana; Gandhi, con su doctrina de la no violencia, o satyagraha, que demostró que sí es posible triunfar por medio pacíficos; y por supuesto, los grandes economistas como Adam Smith, ius filósofos como Luís Recasens Siches, y ensayistas como Ralp Waldo Emerson, por mencionar unos pocos ejemplos. Recordemos que Mortimer Adler, era de la opinión que, para que el pensamiento de cualquier persona pudiese ser tomado en cuenta, debía leer, y estudiar, por lo menos los 443 libros que él incluyera en los cincuenta y cuatro tomos de los Great Books.
Este es un tiempo de siembra y progreso. De las 6 am hasta las 12 m, es la primavera; nos encontramos ubicados, precisamente, al inicio de la primavera, ahora. De las 12 m hasta las 6pm., es el verano de la economía; de las 6pm hasta la medianoche, es el otoño de la vida; y de las 12 pm., hasta las 6am., es el invierno, o la noche oscura, precisamente, la etapa por la que, en diversos lugares del mundo se acaba de pasar. Descansados, con la mente fresca y fértil en creatividad, por la mañana, afloran las ideas, los planes y los propósitos sólidos y rectos, para las siguientes tres estaciones existenciales.
La noche quedó atrás, es preciso olvidarla. Mira el día que está por delante, empezando, con optimismo y entusiasmo. Observa, atentamente, todas las bondades que trae. Prepara tu copa de vida grande para dar, por cuanto, en esa misma, la Divinidad, al pagarte tu salario cósmico, es la que utilizará. Tanto como diste, te será dado. Tanto como quitaste, te será quitado, para compensar adecuadamente el efecto de tus acciones. Es justo, o no?
Es tiempo de progreso y de receptividad. Es preciso ser progresistas y receptivos.
Adelante.


Trabajo en revisión....
Continúa…….

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